Smart Cities

Con AtlasLocator podrás ver todos tus dispositivos en nuestro mapa, exportar los datos a otros formatos, ver gráficos de sus valores, que te ayuden a la toma de decisiones, y compartirlos con quien tu quieras.


IoT en la Smart City
, una ciudad inteligente donde todos los elementos estén conectados en tiempo real mediante Internet, podrán apreciarse las siguientes mejoras: Aumento de la sostenibilidad ambiental: consecuencia de una mejor gestión de los recursos materiales e inmateriales de la ciudad.


Incremento de la calidad de vida de entornos desfavorecidos: ya que se podrá invertir en teleasistencia para sectores poblacionales envejecidos, como por ejemplo los núcleos rurales que tienen menor infraestructura.
Incentivo del turismo de calidad: mejora notable de la vivencia del turista, poniendo a su disposición servicios digitales interactivos.


Consolidación democrática: mediante la participación ciudadana activa y continua para la construcción permanente de un mejor espacio.
Optimización de la movilidad: en función del estado actual del tráfico, mejora del transporte público para la mejor elección del recorrido y anticipación de retrasos.


Prueba de que esta nueva era está en camino, son las ya extendidas y conocidas por todas aplicaciones para el hogar como Google Home o Alexa, que presentan una realidad actual en la interconexión de dispositivos de uso diario con la intención de promover la domótica y automatización de acciones rutinarias. Ejemplos de las acciones que se pueden realizar con ellas son:

Espejos inteligentes. Tan solo con ponerse en frente de ellos son capaz de informar sobre el peso corporal, la calidad del sueño y otros datos de interés para la salud. Esto se consigue gracias a la aplicación de móvil que se encuentra sincronizada con él.


Apps de seguridad con las que, a través del smartphone, es posible activar o monitorizar las cámaras de vigilancia de un negocio o vivienda.


App de telelimpieza.


Frigoríficos inteligentes que alertan cuando se agotan los víveres más utilizados o cuando hay productos a punto de cumplir su fecha de caducidad.


Otro ejemplo claro de la implantación del IoT lo podemos encontrar en el mundo de la automoción. Cada vez se incrementan más el número de conexiones inalámbricas que permiten a los conductores interactuar con sus vehículos. Esto ocurre en todo tipo de coches, pero se aprecia de forma muy clara en los coches eléctricos. En este tipo de vehículos las conexiones inalámbricas son una parte fundamental, pues hay multitud de variables que se pueden monitorizar desde el propio teléfono móvil. De hecho, ocurre que la cantidad de conexiones inalámbricas son tantas y tan útiles que no se podría gozar de la funcionalidad completa del vehículo sin ellas.

Ejemplo de todas estas funcionalidades son: conocimiento del estado de la batería y porcentaje y progreso de carga, preclimatización del habitáculo mientras está enchufado al punto de carga, apertura y cierre remoto, localización del vehículo a través de señales sonoras o luminosas, geolocalización mediante GPS, conducción del vehículo (en el caso de los modelos más vanguardistas), etc.

Hacer uso de esta información interconectada sin ver en peligro la privacidad del usuario, es posible gracias a la tecnología blockchain o cadena de bloques. Esta cadena de bloques asegurados criptográficamente consiste en un registro unitario y distribuido en diversos nodos de la misma red, que permiten disponer de una masiva cantidad de información imparcial, accesible y segura.


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